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Agua canaria en el desierto

Agua canaria en el desierto La Provincia, 5-9-2005

El Banc D´Arguin, una amplia zona entre Nuadibú, al norte, y Nuakchot, al sur, donde se encuentran el desierto del Sahara y la costa, está habitado por los imraguen, pueblo que se benefició de los intercambios con los pescadores canarios y aprendió las técnicas de pesca y construcción de barcos para faenar de los isleños. De hecho, hoy en día, la línea del horizonte del Banc D´Arguin está salpicado de las características velas latinas de los canarios.

Pero los imraguen no fueron los únicos beneficiados, puesto que durante cientos de años los pescadores isleños se aprovisionaron de agua y madera en estas costas entregando a cambio productos como pan, gofio, cebollas o pescado. Así, en este contexto de intercambios, la construcción de cuatro plantas desaladoras y su cesión a Mauritania para ser instaladas en el Banc D´Arguin en 1996 como un proyecto de cooperación no cogió a nadie por sorpresa. En un principio se pensó en la opción de una sola planta móvil, pero un simple vistazo al terreno y
las dificultades que entraña moverse entre las poblaciones locales hizo desistir de esta idea.

Al final, se escogió los pueblos de Ten Alloul, Iwik, Teichott y Argueiba para instalar cuatro desaladoras. En total abastecerán a unas 842 personas, entre población local (543), la administración del Parque Nacional (31) y los turistas alojados en los campamentos de la zona (con una capacidad máxima para 268 personas), aunque se ha previsto un incremento de los beneficiarios en los próximos años.

GESTIÓN DEL AGUA

Tras varios años de parón, el ITC asumió la gestión del proyecto y puso en marcha las plantas en 2002, aunque
aún no están en funcionamiento. "Confiamos en que en las próximas semanas se firme el convenio para la gestión del agua que produzcan las desaladoras", asegura José Arturo Pérez, responsable de Proyectos del ITC en Mauritania.

Hasta el día de hoy, los imraguen se han visto obligados a ir a buscar el agua cada vez más lejos debido al agotamiento de sus pozos y fuentes tradicionales de agua. Este problema ha generado, además, la existencia de un gran negocio en torno a la compra y venta de agua, por lo que el Gobierno canario debe andar con pies de plomo a la hora de ceder la gestión de las desaladoras a los propios imraguen, evitando que surja un proceso de especulación en torno al líquido.

Las plantas funcionan con gasoil. Toman el agua del mar y son capaces de generar, en total, 50 metros cúbicos al día, cantidad suficiente para la población local, guardianes del Parque y turistas. Los imraguen acudirán a las plantas a abastecerse de agua con sus garrafas, ante la inexistencia de conducciones. El Gobierno de Canarias ha financiado este proyecto durante el último año con 50.000 euros, pero no es el único que se desarrolla en este momento en Mauritania, un país considerado prioritario para la cooperación canaria. Así, se está financiando, entre otros, el llamado proyecto Craer de creación de un centro de investigación para las energías renovables, la desalación y el frío en la Universidad de Nuakchot y la puesta en marcha y mantenimiento del Hospital de Nuadibú.

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