Ahorrar agua es un deber de todos
Pablo Mosácula
El agua potable es un bien escaso en todo el mundo y en España los problemas se agudizan cada año, llegando a casos de desertización en algunas zonas de la geografía nacional. La presente temporada ha sido más seca de lo normal, por lo que los problemas ya están empezando a aparecer. La única solución es que la población tome conciencia del problema y adopte medidas para consumir menos agua.
La escasez de agua potable comienza a ser un problema en numerosos lugares de la geografía española, donde la desertización comienza a ser algo más que una amenaza, convirtiéndose en una realidad. A pesar de esta situación, aún hay muchas personas que no son conscientes del problema y piensan que el desierto es algo lejano y más propio de otros países. Pero lo cierto es que algunas zonas del sur de España se encuentran inmersas en un proceso de desertización que avanza imparable y que ha convertido zonas tradicionalmente agrícolas en un territorio de dunas.
Pero no sólo el sur de España corre este peligro, ya que un reciente estudio del Ministerio de Medio Ambiente avisa del riesgo de desertización de ciertas zonas del centro de la península, incluido Castilla y León, donde la escasez de lluvias y las características del terreno están creando la base para que se inicie un proceso de desertización.
La gravedad de la situación ha hecho reflexionar a diferentes instituciones como el Gobierno de la nación o los medios de comunicación que están llevando a cabo una campaña para sensibilizar a la población ante este grave problema. En estas campañas se habla de la importancia de ahorrar, término que puede llevar a cierta confusión, ya que muchas veces se relaciona con el hecho de guardar dinero para un futuro recortando así la calidad de vida. Mientras que en el asunto del agua de lo que se trata, más bien, es de no malgastarla, sin que ello no repercuta en la actividad cotidiana. Y es que a diario se desperdician grandes cantidades de agua que se pierden sin ningún sentido ni control. Controlar estos gastos no suponen ningún esfuerzo ni afectan a nuestra calidad de vida, tan sólo hay que cambiar una serie de hábitos, porque utilizar el agua de forma racional es una obligación de todos los ciudadanos, para asegurar a las próximas generaciones un mundo habitable.
Consumo
Conocer el consumo de agua en los hogares es un paso necesario para saber dónde gastamos más y así poder ahorrar, sin tener que renunciar a nuestro bienestar actual. La mayor parte del agua que consumimos la dedicamos a la agricultura, 79,5%. El resto, un 20%, lo usamos en nuestras industrias (8,6 %) y en nuestros hogares (11,9 %). Ahorrar agua en todas las actividades que realizamos significa unir nuestros esfuerzos para reservar un recurso necesario para la vida y para nuestro desarrollo económico. Nuestro esfuerzo debe ser doble: por una parte, disminuir el consumo y, por otra, reducir nuestra carga contaminante.
Contribución
La contribución de cada vivienda a la reducción del consumo puede empezar con la instalación de unos sencillos economizadores en los grifos, duchas e inodoros que permiten ahorrar hasta un 40% del agua que se consume, sin restar comodidad al usuario. Impiden, simplemente, la salida de un caudal excesivo de agua (incorporan reductores de caudal), agregando por contrapartida distintos mecanismos, tales como microdispersores o aireados que logran obtener un mayor volumen de agua con menor caudal. En el caso de los inodoros, nos encontramos con que muchos modelos antiguos utilizan más agua de la necesaria (10-15 litros son excesivos). El criterio ahorrador fija la capacidad máxima de la cisterna del WC en 6 litros, aunque la normativa española fije esta capacidad en 9 litros (norma UNE 67-001-88). Para evitar el gasto no es necesario invertir en una cisterna nueva, ya que el truco de meter una botella o bolsa de agua en la cisterna funciona reduciendo la capacidad de ésta y, por lo tanto, ahorrando varios litros cada vez que tiramos de la cadena.
Otra forma de aprovechar el agua de una forma más responsable es instalar un calentador de paso para que cuando abramos la llave del agua caliente salga rápidamente y no haya que esperar con el grifo dado. Si no se quiere gastar dinero en adquirir este sistema, siempre es posible poner una cubeta para recoger el agua que cae de la ducha mientras se calienta. Esta agua puede usarse después en la limpieza de la casa, del coche, o para regar las plantas. A la hora de lavar los platos a mano, lo primero que hay que hacer es quitar los residuos de comida con una espátula y luego llenar el fregadero de agua para meter en ella todos los platos y así remojarlos. Tras esto, se enjabonan de uno en uno y se enjuagan bajo el chorro del agua rápidamente. Para lavar las verduras, se puede llenar un recipiente de agua limpia donde se echan las hojas. Una vez que están limpias, el agua se puede reutilizar para, por ejemplo, regar las plantas de la casa, lo que las concede cierto abono natural procedente de la limpieza de las verduras. Lo mismo sucede cuando se cuecen huevos, pues en el agua quedan ciertas sustancias que si se utiliza para regar las plantas éstas crecerán más sanas y además estaremos ahorrando agua.
El agua potable es un bien escaso en todo el mundo y en España los problemas se agudizan cada año, llegando a casos de desertización en algunas zonas de la geografía nacional. La presente temporada ha sido más seca de lo normal, por lo que los problemas ya están empezando a aparecer. La única solución es que la población tome conciencia del problema y adopte medidas para consumir menos agua.
La escasez de agua potable comienza a ser un problema en numerosos lugares de la geografía española, donde la desertización comienza a ser algo más que una amenaza, convirtiéndose en una realidad. A pesar de esta situación, aún hay muchas personas que no son conscientes del problema y piensan que el desierto es algo lejano y más propio de otros países. Pero lo cierto es que algunas zonas del sur de España se encuentran inmersas en un proceso de desertización que avanza imparable y que ha convertido zonas tradicionalmente agrícolas en un territorio de dunas.
Pero no sólo el sur de España corre este peligro, ya que un reciente estudio del Ministerio de Medio Ambiente avisa del riesgo de desertización de ciertas zonas del centro de la península, incluido Castilla y León, donde la escasez de lluvias y las características del terreno están creando la base para que se inicie un proceso de desertización.
La gravedad de la situación ha hecho reflexionar a diferentes instituciones como el Gobierno de la nación o los medios de comunicación que están llevando a cabo una campaña para sensibilizar a la población ante este grave problema. En estas campañas se habla de la importancia de ahorrar, término que puede llevar a cierta confusión, ya que muchas veces se relaciona con el hecho de guardar dinero para un futuro recortando así la calidad de vida. Mientras que en el asunto del agua de lo que se trata, más bien, es de no malgastarla, sin que ello no repercuta en la actividad cotidiana. Y es que a diario se desperdician grandes cantidades de agua que se pierden sin ningún sentido ni control. Controlar estos gastos no suponen ningún esfuerzo ni afectan a nuestra calidad de vida, tan sólo hay que cambiar una serie de hábitos, porque utilizar el agua de forma racional es una obligación de todos los ciudadanos, para asegurar a las próximas generaciones un mundo habitable.
Consumo
Conocer el consumo de agua en los hogares es un paso necesario para saber dónde gastamos más y así poder ahorrar, sin tener que renunciar a nuestro bienestar actual. La mayor parte del agua que consumimos la dedicamos a la agricultura, 79,5%. El resto, un 20%, lo usamos en nuestras industrias (8,6 %) y en nuestros hogares (11,9 %). Ahorrar agua en todas las actividades que realizamos significa unir nuestros esfuerzos para reservar un recurso necesario para la vida y para nuestro desarrollo económico. Nuestro esfuerzo debe ser doble: por una parte, disminuir el consumo y, por otra, reducir nuestra carga contaminante.
Contribución
La contribución de cada vivienda a la reducción del consumo puede empezar con la instalación de unos sencillos economizadores en los grifos, duchas e inodoros que permiten ahorrar hasta un 40% del agua que se consume, sin restar comodidad al usuario. Impiden, simplemente, la salida de un caudal excesivo de agua (incorporan reductores de caudal), agregando por contrapartida distintos mecanismos, tales como microdispersores o aireados que logran obtener un mayor volumen de agua con menor caudal. En el caso de los inodoros, nos encontramos con que muchos modelos antiguos utilizan más agua de la necesaria (10-15 litros son excesivos). El criterio ahorrador fija la capacidad máxima de la cisterna del WC en 6 litros, aunque la normativa española fije esta capacidad en 9 litros (norma UNE 67-001-88). Para evitar el gasto no es necesario invertir en una cisterna nueva, ya que el truco de meter una botella o bolsa de agua en la cisterna funciona reduciendo la capacidad de ésta y, por lo tanto, ahorrando varios litros cada vez que tiramos de la cadena.
Otra forma de aprovechar el agua de una forma más responsable es instalar un calentador de paso para que cuando abramos la llave del agua caliente salga rápidamente y no haya que esperar con el grifo dado. Si no se quiere gastar dinero en adquirir este sistema, siempre es posible poner una cubeta para recoger el agua que cae de la ducha mientras se calienta. Esta agua puede usarse después en la limpieza de la casa, del coche, o para regar las plantas. A la hora de lavar los platos a mano, lo primero que hay que hacer es quitar los residuos de comida con una espátula y luego llenar el fregadero de agua para meter en ella todos los platos y así remojarlos. Tras esto, se enjabonan de uno en uno y se enjuagan bajo el chorro del agua rápidamente. Para lavar las verduras, se puede llenar un recipiente de agua limpia donde se echan las hojas. Una vez que están limpias, el agua se puede reutilizar para, por ejemplo, regar las plantas de la casa, lo que las concede cierto abono natural procedente de la limpieza de las verduras. Lo mismo sucede cuando se cuecen huevos, pues en el agua quedan ciertas sustancias que si se utiliza para regar las plantas éstas crecerán más sanas y además estaremos ahorrando agua.
1 comentario
rmpp -
Saludos