Tres científicos acusan al gobierno australiano de censurar sus informes sobre el cambio climático
El Mundo, 13/02/2006
EFE
SYDNEY (AUSTRALIA).- Tres científicos han denunciado que el Gobierno de Australia ha tratado de impedirles publicar sus informes sobre el cambio climático para evitar más críticas por no haber firmado el Protocolo de Kioto. Fuentes gubernamentales han negado las acusaciones.
El científico Graeme Pearman ha manifestado en el programa televisivo 'Four Corners' que había recibido indicaciones claras para que evitara opinar en contra del Gobierno en materia de política sobre emisiones de gases causantes del efecto invernadero.
Pearman aseguró que las autoridades le dijeron "al menos media docena de veces" durante su último año en la Organización Australiana de Investigación Científica e Industrial (CSIRO) que no manifestara su desacuerdo sobre la política del Gobierno. Galardonado con varios premios por su contribución a la mejora del medio ambiente, Pearman fue despedido en 2004 de CSIRO, una institución pública.
Otro reconocido científico, Barrie Pittock, también ha declarado a la misma emisora de televisión que el Gobierno le obligó a eliminar una parte de una publicación sobre clima en la que indicaba que el cambio climático podría crear millones de desplazados en el mundo.
Por su parte, Barney Foran, que tras 30 años en la organización se ha retirado, ha revelado que la censura gubernamental es común, y que el pasado agosto recibió una llamada que le advertía que la oficina del primer ministro no quería que hablara sobre el uso de etanol.
El ministro de Medio Ambiente, Ian Campbell, ha negado negó a través de la radio ABC que el Gobierno haya actuado para evitar que los científicos revelen sus conclusiones sobre el cambio climático o sobre cualquier otro asunto.
Garantizar el crecimiento económico
En enero pasado, Australia acogió una reunión sobre cambio climático en la región Asia-Pacífico, que concluyó con un acuerdo para seguir utilizando carburantes fósiles y trabajar por la reducción del efecto invernadero sin entorpecer el crecimiento económico.
Dos semanas más tarde, la CSIRO anunció que abandonaría sus investigaciones sobre energías renovables y que dirigiría el presupuesto de 65 millones de dólares a nuevos proyectos de investigación de recursos de baja emisión. El director de CSIRO, Geoff Garrett, indicó entonces que tanto la industria como los consumidores dependen del carbón para la producción de electricidad y que ello no cambiará en un futuro inmediato.
Australia, el segundo productor de carbón del mundo, fue acusada por organizaciones ecologistas, como Greenpeace y Amigos de la Tierra, de utilizar la reunión sobre cambio climático celebrada en enero, para socavar el trabajo del Protocolo de Kioto y asegurarse su mercado de carbón en Asia.
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