El escritor Michael Crichton, un individuo peligroso
Barcelona, 5/10/2005, (Ecoestrategia)
A finales del mes de septiembre el escritor estadounidense de ciencia ficción Michael Crichton, mundialmente célebre por best sellers como "La Amenaza de Andrómeda" o "Parque Jurásico", visitó España con el fin de promocionar su última nóvela titulada "Estado de miedo", una historia donde narra el supuesto complot criminal de una organización ecologista para tratar de convencer al mundo de la amenaza del efecto invernadero y el cambio climático que, según la tesis del autor, es algo inexistente.
Crichton, cuyas novelas en su mayoría han sido adaptadas al cine, asegura que aunque la temperatura media del planeta ha experimentado un leve incremento desde 1978 del orden de 0,08 grados centígrados (ºC) por década, no se ha producido ninguno de los efectos catastróficos que los defensores del Protocolo de Kyoto (tratado internacional que busca la reducción del uso de combustibles fósiles para frenar el calentamiento del planeta) habían previsto.
Con esto el autor no sólo desconoce los estudios científicos llevados a cabo por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) a este respecto, sino que también cierra los ojos ante la serie de catástrofes naturales como sequías, inundaciones y huracanes (tal es el caso del reciente Katrina) que según expertos del mundo entero, como los de la Agencia Europea del Medio Ambiente, son producidos por la alteración del clima debido a la actividad humana, principalmente la quema de combustibles derivados del petróleo y el carbón.
Otro de los argumentos esgrimidos por el novelista, antiguo estudiante de Medicina de la Universidad de Harvard, es que "Evidentemente, el medio ambiente es un bien que debemos proteger, pero en ningún caso podemos olvidar que nuestro deber es preservar la vida del hombre. Si nos dedicamos a aceptar acríticamente cualquier mensaje procedente de medios ecologistas es probable que estemos poniendo en peligro el bienestar social. En cualquier caso, jugar a ser dioses y a controlar el medio ambiente es tanto como creer que se puede crear un hombre nuevo o desterrar definitivamente el crimen. La utopía ecologista, como la socialista, es un paso atrás en la civilización".
Estos planteamientos de Michael Crichton han sido aplaudidos y apoyados apasionadamente por los grupos neoconservadores (neocons) norteamericanos, y sus émulos de otras latitudes, quienes se sintieron muy irritados cuando en 2004 se estrenó la película "El Día después de mañana" mostrando los efectos catastróficos del Cambio Climático originados por la negativa (real y actual) de Estados Unidos a firmar el Protocolo de Kyoto, a pesar del tratarse del país que mayores emisiones de gases de efecto invernadero produce.
"El Día después de mañana" tuvo un espectacular efecto mediático entre la población y el Cato Institute, uno de los más importantes think tanks defensores del liberalismo económico, acusó a la película de "propagar temores infundados". Ahora los neocons tienen en este escritor a una figura capaz de transmitir a la opinión pública la idea de que el Cambio climático es una gran mentira inventada por los ecologistas".
Greenpeace responde a las alusiones del libro
La trama de "Estado de miedo" gira entorno a una organización ecologista ficticia llamada National Enviromental Resource Fund (NERF), pero que recuerda a grupos ecologistas como Greenpeace o el Resources Defense Council de Estados Unidos. Los miembros de esta supuesta organización llevan a cabo una serie de asesinatos y atentados terroristas con el fin de simular de manera artificial los efectos del Cambio Climático que, según el narrador, nunca se producirán.
Debido al revuelo y a la polémica suscitada en los medios, en gran parte azuzada por los estrategas de marketing de las editoriales para que la obra se venda en las librerías, la organización Greenpeace decidió responder oficialmente a las declaraciones emitidas por Michael Crichton.
Según Greenpeace, agrupación ambientalista protagonista de acciones espectaculares de gran despliegue mediático pero siempre dentro de la filosofía de la no violencia, "causa estupefacción que un autor norteamericano de Best-Sellers (Michael Crichton) utilice la presentación en España de su última novela para promover que, en vez de utilizar dinero en el Protocolo de Kioto, se utilice para combatir el hambre".
"Teniendo en cuenta que los Estados Unidos, con un 5% de la población mundial emiten un cuarto del total mundial de los gases contaminantes que causan el cambo climático; que el Gobierno de Bush no sólo no es firmante de Kioto, sino que lleva años haciendo todo lo posible por torpedearlo y que con los billones de dólares que ese gobierno se gasta en un año en sofisticado armamento podría resolverse el problema global del hambre, parece que las recomendaciones de Crichton no están bien enfocadas", aseguran los "guerreros del arco Iris".
Criminalización del ecologismo
Los ecologistas agregan que "no es la misión de Greenpeace responder a novelas de ficción, pero este libro se enmarca dentro de la campaña en contra de los ecologistas en general, y tiene como objetivo generar dudas que eviten una acción decidida en contra del cambio climático. Por ello consideramos necesario hacer algunas consideraciones. Ciertamente, y aunque el autor lo niegue, las líneas argumentales son demasiado burdas, y plasman las mismas tesis que las defendidas y promovidas desde hace años por las petroleras y la administración Bush: cuestionar el cambio climático y criminalizar a los ecologistas".
En lo relativo a la criminalización del movimiento ecologista sostienen que "tampoco el tema se queda en el ámbito teórico. Esta argumentación sirve de marco para justificar acciones concretas que buscan criminalizar el movimiento de defensa del medio ambiente. Esas acciones van desde acusar a los ecologistas de ser los culpables de los daños del Katrina, hasta iniciativas del Fiscal General de Estados Unidos contra organizaciones ecologistas, pasando por la investigación a ciertos grupos ambientalistas que realiza el FBI bajo el amparo de la legislación antiterrorista".
Greenpeace concluye que "la burda argumentación pseudocientífica de la novela ha sido ampliamente rebatida por la comunidad científica en: http://www.realclimate.org/
Otras de las afirmaciones dentro de este texto, que dejarán boquiabierto al lector medianamente informado, son la negación de que los casquetes polares se estén derritiendo a causa del aumento de la temperatura planetaria y de que estén desapareciendo miles de especies animales y vegetales cada año. Igualmente se desmiente la relación existente entre la utilización de algunos productos industriales y el aumento en la incidencia de cáncer en los países desarrollados. La guinda del pastel es el argumento de que la prohibición del DDT (uno de los productos químicos de la "Docena sucia") ha traído consigo más perjuicios que beneficios.
Preguntado por los periodistas sobre la posibilidad de que "Estado de miedo" fuese llevado a las pantallas de cine, Crichton respondió que no lo veía posible, ya que el tema era polémico.
En el caso de este tecnotriller se aplica perfectamente la frase del experto en temas ambientales del Cato Institute, Patrick Michaels, cuando dice que "Las mentiras disfrazadas como ciencia nunca deberían determinar cómo vivimos nuestras vidas".
A finales del mes de septiembre el escritor estadounidense de ciencia ficción Michael Crichton, mundialmente célebre por best sellers como "La Amenaza de Andrómeda" o "Parque Jurásico", visitó España con el fin de promocionar su última nóvela titulada "Estado de miedo", una historia donde narra el supuesto complot criminal de una organización ecologista para tratar de convencer al mundo de la amenaza del efecto invernadero y el cambio climático que, según la tesis del autor, es algo inexistente.
Crichton, cuyas novelas en su mayoría han sido adaptadas al cine, asegura que aunque la temperatura media del planeta ha experimentado un leve incremento desde 1978 del orden de 0,08 grados centígrados (ºC) por década, no se ha producido ninguno de los efectos catastróficos que los defensores del Protocolo de Kyoto (tratado internacional que busca la reducción del uso de combustibles fósiles para frenar el calentamiento del planeta) habían previsto.
Con esto el autor no sólo desconoce los estudios científicos llevados a cabo por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) a este respecto, sino que también cierra los ojos ante la serie de catástrofes naturales como sequías, inundaciones y huracanes (tal es el caso del reciente Katrina) que según expertos del mundo entero, como los de la Agencia Europea del Medio Ambiente, son producidos por la alteración del clima debido a la actividad humana, principalmente la quema de combustibles derivados del petróleo y el carbón.
Otro de los argumentos esgrimidos por el novelista, antiguo estudiante de Medicina de la Universidad de Harvard, es que "Evidentemente, el medio ambiente es un bien que debemos proteger, pero en ningún caso podemos olvidar que nuestro deber es preservar la vida del hombre. Si nos dedicamos a aceptar acríticamente cualquier mensaje procedente de medios ecologistas es probable que estemos poniendo en peligro el bienestar social. En cualquier caso, jugar a ser dioses y a controlar el medio ambiente es tanto como creer que se puede crear un hombre nuevo o desterrar definitivamente el crimen. La utopía ecologista, como la socialista, es un paso atrás en la civilización".
Estos planteamientos de Michael Crichton han sido aplaudidos y apoyados apasionadamente por los grupos neoconservadores (neocons) norteamericanos, y sus émulos de otras latitudes, quienes se sintieron muy irritados cuando en 2004 se estrenó la película "El Día después de mañana" mostrando los efectos catastróficos del Cambio Climático originados por la negativa (real y actual) de Estados Unidos a firmar el Protocolo de Kyoto, a pesar del tratarse del país que mayores emisiones de gases de efecto invernadero produce.
"El Día después de mañana" tuvo un espectacular efecto mediático entre la población y el Cato Institute, uno de los más importantes think tanks defensores del liberalismo económico, acusó a la película de "propagar temores infundados". Ahora los neocons tienen en este escritor a una figura capaz de transmitir a la opinión pública la idea de que el Cambio climático es una gran mentira inventada por los ecologistas".
Greenpeace responde a las alusiones del libro
La trama de "Estado de miedo" gira entorno a una organización ecologista ficticia llamada National Enviromental Resource Fund (NERF), pero que recuerda a grupos ecologistas como Greenpeace o el Resources Defense Council de Estados Unidos. Los miembros de esta supuesta organización llevan a cabo una serie de asesinatos y atentados terroristas con el fin de simular de manera artificial los efectos del Cambio Climático que, según el narrador, nunca se producirán.
Debido al revuelo y a la polémica suscitada en los medios, en gran parte azuzada por los estrategas de marketing de las editoriales para que la obra se venda en las librerías, la organización Greenpeace decidió responder oficialmente a las declaraciones emitidas por Michael Crichton.
Según Greenpeace, agrupación ambientalista protagonista de acciones espectaculares de gran despliegue mediático pero siempre dentro de la filosofía de la no violencia, "causa estupefacción que un autor norteamericano de Best-Sellers (Michael Crichton) utilice la presentación en España de su última novela para promover que, en vez de utilizar dinero en el Protocolo de Kioto, se utilice para combatir el hambre".
"Teniendo en cuenta que los Estados Unidos, con un 5% de la población mundial emiten un cuarto del total mundial de los gases contaminantes que causan el cambo climático; que el Gobierno de Bush no sólo no es firmante de Kioto, sino que lleva años haciendo todo lo posible por torpedearlo y que con los billones de dólares que ese gobierno se gasta en un año en sofisticado armamento podría resolverse el problema global del hambre, parece que las recomendaciones de Crichton no están bien enfocadas", aseguran los "guerreros del arco Iris".
Criminalización del ecologismo
Los ecologistas agregan que "no es la misión de Greenpeace responder a novelas de ficción, pero este libro se enmarca dentro de la campaña en contra de los ecologistas en general, y tiene como objetivo generar dudas que eviten una acción decidida en contra del cambio climático. Por ello consideramos necesario hacer algunas consideraciones. Ciertamente, y aunque el autor lo niegue, las líneas argumentales son demasiado burdas, y plasman las mismas tesis que las defendidas y promovidas desde hace años por las petroleras y la administración Bush: cuestionar el cambio climático y criminalizar a los ecologistas".
En lo relativo a la criminalización del movimiento ecologista sostienen que "tampoco el tema se queda en el ámbito teórico. Esta argumentación sirve de marco para justificar acciones concretas que buscan criminalizar el movimiento de defensa del medio ambiente. Esas acciones van desde acusar a los ecologistas de ser los culpables de los daños del Katrina, hasta iniciativas del Fiscal General de Estados Unidos contra organizaciones ecologistas, pasando por la investigación a ciertos grupos ambientalistas que realiza el FBI bajo el amparo de la legislación antiterrorista".
Greenpeace concluye que "la burda argumentación pseudocientífica de la novela ha sido ampliamente rebatida por la comunidad científica en: http://www.realclimate.org/
Otras de las afirmaciones dentro de este texto, que dejarán boquiabierto al lector medianamente informado, son la negación de que los casquetes polares se estén derritiendo a causa del aumento de la temperatura planetaria y de que estén desapareciendo miles de especies animales y vegetales cada año. Igualmente se desmiente la relación existente entre la utilización de algunos productos industriales y el aumento en la incidencia de cáncer en los países desarrollados. La guinda del pastel es el argumento de que la prohibición del DDT (uno de los productos químicos de la "Docena sucia") ha traído consigo más perjuicios que beneficios.
Preguntado por los periodistas sobre la posibilidad de que "Estado de miedo" fuese llevado a las pantallas de cine, Crichton respondió que no lo veía posible, ya que el tema era polémico.
En el caso de este tecnotriller se aplica perfectamente la frase del experto en temas ambientales del Cato Institute, Patrick Michaels, cuando dice que "Las mentiras disfrazadas como ciencia nunca deberían determinar cómo vivimos nuestras vidas".
3 comentarios
javier ventas -
Saludos
Alfonso Martínez Cruz -
Saludos.
javier ventas -
Esta novela futurista nos ofrece la posibilidad de realizar un viaje en el tiempo, asomarnos a un planeta seriamente golpeado por los efectos del cambio climático, observar a una sociedad que busca reestructurar positivamente su vida y su visión del mundo y, en consecuencia, su lenguaje.
www.editorialcelya.com/fichalibro.asp?ID=94