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2.500 hectáreas se han quemado en Canarias por incendios provocados y negligencias

2.500 hectáreas se han quemado en Canarias por incendios provocados y negligencias CanariasAhora.com, 25-9-2005

Más de 2.500 hectáreas de zonas arboladas en Canarias han perecido bajo las llamas del fuego en los primeros nueve meses del año, una cifra que dobla incluso el número total de hectáreas quemadas en las Islas desde 2001. Sin embargo, el dato más alarmante de este año está en la causa de los siniestros: de los más de 70 incendios ocurridos en este primer semestre, sólo uno se ha producido por causas naturales, mientras que el resto, según reflejan la mayoría de las investigaciones, muchas de ellas aún abiertas, han sido provocados o por negligencias.

Según datos aportados por el Ministerio de Medio Ambiente, desde 1991 hasta 2004, el 63% de los incendios declarados en Canarias han sido intencionados o por negligencias, y las motivaciones más comunes suelen tener que ver con quemas agrícolas y de pastos, pirómanos, cazadores o venganzas. Durante 2005, a pesar de que muchas investigaciones siguen abiertas, se puede afirmar que este número supera el 90%, según datos que se han podido extraer de los diferentes Cabildos insulares.

Los ciudadanos de La Palma aún no se habían recuperado del susto que el mayor incendio ocurrido en Canarias provocó el 29 de julio de 2000, donde 3.422 hectáreas de zona arbolada ardían en Garafía, cuando tan sólo cinco años después, el 6 de septiembre, unas 2.300 hectáreas se quemaban en La Mata, en el mismo lugar.

El incendio se originó sobre las 12.15 horas en la zona de La Mata, muy cerca del municipio de Punta Gorda y del Roque de los Muchachos. Los medios de extinción consiguieron finalmente aplacarlo en la madrugada del día 12, tras cinco días de lucha en los que se protagonizó el mayor despliegue de medios de extinción utilizado en Canarias que, sin embargo, no pudieron evitar que se calcinaran más 1.500 hectáreas y 2.300 se vieran afectadas.

Desde el Cabildo de La Palma se empezó a sospechar muy pronto de la posibilidad de que el siniestro hubiese sido provocado, ya que al segundo día del incendio (7 de septiembre), se localizaron tres conatos a pocos kilómetros del principal frente, así como la inculpación a unos trabajos de cableado por parte de una subcontrata de Unelco, según testigos presenciales, en el lugar donde se originó el fuego.

A raíz de estas acusaciones, se detuvo a seis trabajadores de una empresa subcontratada por Unelco, quienes llevaban a cabo labores de cableado de baja tensión en el norte de Garafía, cuando por circunstancias que se desconocen los cables nuevos hicieron contacto con los que iban a ser sustituidos y se produjo un chispazo que prendió en un poste y luego a la maleza, desatándose el incendio. Al menos tres de ellos carecían de la titulación competente para realizar este tipo de trabajos. La investigación sigue abierta.

El segundo incendio más importante acaecido durante el presente año en el Archipiélago tuvo lugar el pasado 21 de julio, cuando un total de 153 hectáreas de pino canario y matorral ardieron en los siete incendios declarados durante la noche de ese fatídico jueves, una superficie que supone más de la mitad de la extensión que ardió durante todo el pasado año en los 142 incendios que se registraron en todas las islas Canarias.

Según informó el Cabildo insular, casi la mitad de las hectáreas quemadas (un 40%) pertenecen a la zona considerada Reserva de la Biosfera. Las investigaciones realizadas posteriormente, afianzaron la tesis de que los incendios fueron provocados, debido a la simetría y la simultaneidad de los focos que los originaron. Sin embargo, aún no se ha podido responsabilizar a nadie. El propio consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, Domingo Berriel, confirmaba posteriormente desde La Gomera las sospechas de que el fuego había sido provocado.

En la misma isla, el 4 de septiembre, se declaraba un incendio en la Montaña de las Camaretas (Hoya del Gamonal), en el término municipal de San Mateo. El hecho de que empezase por tres focos distintos hizo pensar desde el Cabildo de Gran Canaria que podía haber sido provocado, y más tarde se arrestaba a N.Q.C., de 54 años, vecino de la zona de Lomo Gallego, acusado de incendio forestal por imprudencia tras constatar que una quema de rastrojos no autorizada que inició en su finca del municipio de San Mateo pudo provocar dicho siniestro.

Tenerife fue, por su extensión, la isla menos afectada por los incendios, ya que, a pesar de haberse declarado, entre conatos e incendios más de 70, la superficie afectada no superó las 20 hectáreas. Wladimiro Rodríguez, consejero de Medio Ambiente del Cabildo insular, manifestó sus sospechas de que los tres siniestros de mayor consideración ocurridos en la Isla fueron provocados.

“Tanto el incendio de Tacoronte del 4 de septiembre como el de Los Realejos en junio, dan indicios de que fueron claramente provocados”, declaró. El mismo 4 de septiembre, se declara en Las Lajas, (Vilaflor), un incendio que no afectó a más de una hectárea y que fue controlado en menos de una hora, del que se cree se originó por una negligencia.

Por último, la compañía Unelco volvió a ser protagonista de sospechas de negligencias cuando el 6 de septiembre se declaraba, a primera hora de la mañana un incendio en la zona de Erquito, en el municipio norteño de Vallehermoso, que afectó a 7 hectáreas. Las causas se encontraron en la chispa producida en una línea de tendido eléctrico de la compañía Unelco que, ubicado cerca de la copa de las palmeras provocó el siniestro. Las altas temperaturas registradas, junto con el estado de la instalación de la compañía en la isla (que ha sido calificada de obsoleta en más de una ocasión por los responsables políticos), han hecho que el Cabildo tuviera que desplegar tres retenes, tres camiones autobomba y dos helicópteros al lugar para controlar el fuego.

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