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El éxito de la reforestación en Tenerife

Wladimiro Rodríguez Brito*

El Día, 18-5-2003

UNA VEZ TRANSCURRIDOS 8 años desde que comenzamos la campaña de reforestación de la isla de Tenerife, por fin hemos completado un período de dos inviernos consecutivos en los que la meteorología nos ha sido propicia, permitiéndonos que las nuevas plantas hayan arraigado con fuerza en los desprotegidos suelos del sotavento tinerfeño.

En un recorrido por el territorio objeto de reforestación, desde Chivisaya (Candelaria) hasta Archifira, Lomo Cho Blas (Fasnia), o por Chajaña, Charco del Obispo, Las Colmenas, Casas de la Torta y Majada del Río (Arico), se comprueba con facilidad y a simple vista, la importancia ecológica y paisajística de los trabajos realizados. En una superficie superior a los 3.000.000 de metros cuadrados se ha plantado una cifra superior a las 235.000 plantas, fundamentalmente pinos canarios, pero también cedros, sabinas, castaños e higueras.

En estos momentos, y después de la bonanza del tiempo en los últimos dos años, hemos conseguido que arraiguen algo más del 65 por ciento del total de las plantas reforestadas en el 2002. Incluso el porcentaje aumenta hasta alcanzar nada menos que un 93 por ciento en las plantas del 2003, lo que supone una cifra de éxito altísimo con relación a las difíciles condiciones geográficas de la zona en cuestión, las tierras más secas del sureste de la isla de Tenerife. Este éxito incuestionable es achacable fundamentalmente al esfuerzo del personal de Medio Ambiente del Cabildo y al de la empresa Tragsa durante todos estos años de intensa y dura campaña sobre el terreno.

No obstante, en estos días estamos apoyando con un riego selectivo el crecimiento de las especies plantadas ante el verano que se aproxima y que amenaza, como en años anteriores, con ser largo y seco.

Es por todo ello, que queda de manifiesto el esfuerzo desde el Cabildo de Tenerife de cumplir uno de sus principales objetivos en materia de medio ambiente, logrando de esta manera atajar el avance de la erosión y la desertización creciente de una parte importante de nuestro territorio. En especial, los espacios más maltratados históricamente por el hombre en los últimos cuatrocientos años. No olvidemos que se trata de una zona deforestada –desde hace siglos– para obtener madera y resina para los barcos, carbón para sus calderas y leña para las cocinas canarias. Si a esto le añadimos un intenso sobrepastoreo tenemos un paisaje yermo y desprovisto de vegetación, donde las lluvias torrenciales desnudaban año tras año los limos que permitían el arraigo de la vegetación autóctona.

Todo ello finaliza con la compra progresiva de numerosas fincas por parte del Cabildo de Tenerife, proceso que se inicia a finales de los ochenta y que aún no ha finalizado. Es más, es uno de los objetivos de esta Corporación disponer de la mayor cantidad de estas fincas para ser de nuevo reforestadas y constituir una reserva de biodiversidad para las presentes y futuras generaciones de canarios y canarias.

Otro factor importante que merece la pena ser destacado fue la buena disposición de los últimos cabreros de Arico y Fasnia que accedieron de buen grado a no soltar sus rebaños en las zonas en las que comenzábamos a trabajar con los jóvenes pinos. Sin embargo, no hemos conseguido la misma colaboración en lugares como Chivisaya, en Candelaria, lo que supone una dificultad añadida para realizar con mayor eficacia la reforestación de la zona.
Asimismo, los inviernos lluviosos también han beneficiado a los apicultores, ya que los tajinastes, las retamas, los escobones y las chahorras se han recuperado lo suficiente para ofertar a las abejas una gran cantidad de néctar para elaborar las peculiares y deliciosas mieles de nuestras medianías altas y zonas de cumbre.

En definitiva y lo más importante, es que todo el trabajo desarrollado durante estos últimos años ha permitido invertir el proceso al que estaba abocada buena parte del territorio más árido de Tenerife y de Canarias, lo que a su vez beneficia las actividades agrarias y supone un elemento importante para la prevención de aluviones hacia las zonas pobladas.

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* Consejero de Medio Ambiente del Cabildo Insular de Tenerife

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