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Arranca el proyecto Gesham para producir lluvia artificial en las regiones más áridas de la tierra

Arranca el proyecto Gesham para producir lluvia artificial en las regiones más áridas de la tierra EFE, Madrid. 8-7-2005

La empresa israelí Acktar trabaja actualmente para encontrar el material más adecuado para lograr "hasta cuarenta grados de exceso de calor", necesario para arrastrar vapor de agua a la atmósfera y producir lluvia. León Brening, profesor de la Universidad Libre de Bruselas y colaborador de la NASA, aseguró hoy que "en siete meses" esperan "encontrar el material" adecuado para desarrollar el proyecto "Gesham" que pretende "producir lluvia artificialmente" en las regiones más áridas del planeta.

Durante una conferencia que ofreció en los Cursos de Verano de Aranjuez, localidad próxima a Madrid, que organiza la Universidad Rey Juan Carlos, Brening indicó que la empresa israelí Acktar trabaja actualmente para encontrar el material más adecuado para lograr "hasta cuarenta grados de exceso de calor", necesario para arrastrar vapor de agua a la atmósfera y producir lluvia.

El proyecto "Gesham", que significa lluvia en hebreo, consiste en la construcción de "islas de calor de dos por dos kilómetros aproximadamente", donde una elevada temperatura concentrada permita al aire elevarse y arrastrar consigo el vapor de agua a una altura de hasta 3.000 metros, lo que permitirá la formación de lluvias.

Dichas islas estarán creadas de una material de color oscuro "de baja reflexión" capaz de alcanzar temperaturas muy altas para la producción de lluvia y sólo funcionará en lugares próximos a la costa, ya que resulta necesaria la humedad y la brisa propias del mar para que este sistema funcione correctamente, fijo Brenig. Aunque todavía se trata tan sólo de un proyecto, la construcción de una "isla de calor" supondría una inversión aproximada de cuarenta millones de euros, señaló el profesor. No obstante, hizo hincapié en lo barato del mantenimiento de este sistema ya que, una vez construido, no requiere gastos de mantenimiento, "tan sólo habrá que limpiarlo de vez en cuando". "Lo que intentamos no es luchar contra el fenómeno de la sequía a escala planetaria, pero sí luchar localmente", comentó el experto.

Brenig reconoció algunos defectos de esta idea como el "impacto ecológico" o el tener que "sacrificar una superficie" de tierra, aunque al tratarse de tierras áridas la pérdida no sería tan grande. "Con tan sólo una superficie de 9 kilómetros cuadrados podemos proporcionar lluvia a 80 kilómetros cuadrados determinados" pero, además, este sistema "cambiará el clima en verano porque tendremos lluvia tres o cuatro horas al día en una región muy determinada".

El experto explicó que ya han realizado varias pruebas de "islas de calor" con diferentes materiales, pero que ninguno de ellos alcanzó un resultado óptimo: "Hemos hecho pruebas con asfalto y películas de polímeros, pero sólo conseguimos un exceso de calor de hasta 17 grados centígrados y no es suficiente".

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