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La 'resurrección' del mar de Aral

La 'resurrección' del mar de Aral

El Mundo, 12/12/2005

Daniel Utrilla

Imagen del artículo: a la derecha el lago original en 1989 antes de su secado, a la izquierda el lago en 2003. Fotos NASA.

ALMA ATA (KAZAJISTAN).- Los mapamundi mienten. Consulte el más moderno que encuentre a mano y fije la vista entre la frontera kazajo-uzbeka. Verá un gran lago de forma redondeada: es el mar de Aral, con la isla Renacimiento en su centro. Sin embargo, ojee ahora una foto aérea del mismo lago en la actualidad y verá que la superficie azul del Aral no sólo ha menguado sobremanera, sino que presenta una forma apepinada con varios cúmulos acuosos al norte separados de la masa principal. Su contorno se asemeja bastante a la planta de un enorme pie: es la huella imborrable del gigante soviético, que metió la pata en esta zona del planeta como pocas veces lo ha hecho el hombre sobre la faz de la Tierra.

Desde que la URSS comenzó en los años 30 a desangrar el lago para desarrollar sus oasis de algodón en pleno desierto centroasiático, el mar de Aral no ha dejado de achicarse. Resignados a su desaparición, los soviéticos llegaron a tachar el Aral de «error de la naturaleza», mientras no cesaban de robarle su agua con canales de irrigación de baja calidad que dejaban escapar parte del agua por filtración o evaporación.
[foto de la noticia]

Los ríos Sir-Daria y Amu-Daria, que vertían sus aguas en el Aral, fueron esquilmados a lo largo de tres mil kilómetros. De ser el cuarto lago más grande del mundo en 1960 (con 68.000 kilómetros cuadrados), el Aral pasó a finales de los años 90 a ocupar la octava posición con 28.000 kilómetros cuadrados.

La superficie del Aral se ha reducido en un 60% y su volumen en un 80%. Los pueblos costeros que vivían de la industria pesquera se quedaron literalmente de piedra ante el receso de las orillas, que dejó sus barcos anclados en medio del desierto. La isla Renacimiento, que ocupaba el centro del Aral (donde fue habilitado un laboratorio secreto de armas biológicas), se convirtió en una península a comienzos del año 2001 por el descenso incesante del agua.

En un intento desesperado por aliviar la desecación irremisible del Aral, las autoridades de la república ex soviética de Kazajistán pusieron en marcha hace tres años un plan para rellenar su porción norte del mar. Para ello han levantado un dique de cemento de 14 kilómetros de longitud entre las dos mitades, de tal forma que el agua que entra en el mar procedente del río Sir-Daria no escape hacia la mitad sur de la vecina Uzbekistán, fenómeno que se produce debido al desnivel de 11 metros que existe entre ambas zonas.

«Para el año 2008 nuestra parte del mar estará cubierta de agua, que llegará hasta la ciudad portuaria de Aralsk. Eso mejorará la situacion en la ciudad y ocupará de nuevo a sus habitantes en la industria pesquera», explica a EL MUNDO Baitulin Issá, consejero de la Academia de las Ciencias de Kazajistan en Alma-Atá.

Consciente de que la iniciativa kazaja es una gota en el desierto frente a la magnitud de la tragedia, el científico reconoce que la recuperación del mar es inviable y que su desertización es irremediable. Pese a que el Amu-Daria ya no desemboca en el mar, las zonas de irrigación para cultivos del algodón siguen ampliándose.

El plan kazajo de revitalización de la zona pasa también por «cultivar plantación y vegetación en el antiguo fondo del mar», explica el científico. El aumento de la salinidad ha afectado a la fauna acuática, de tal forma que para garantizar la pesca en la zona se ha introducido un tipo de lenguado más resistente a la sal que las especies autóctonas, la mayoría de las cuales han desaparecido.
Propuestas faraónicas

Ya en la época soviética, las autoridades de Moscú intentaron aplacar la sed de los ecologistas de todo el mundo con dos propuestas faraónicas: una consistente en volar con cargas atómicas las montañas de Pamir y Tian Shan (de donde nacen el Sir y el Amu-Daria) para liberar sus glaciares, y otra que contemplaba desviar el curso de los caudalosos ríos siberianos (a 2.500 kilómetros de Asia Central) para compensar la sequía galopante del Aral. El plan quedó en agua de borrajas hasta que el popular alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, que está en todo, propuso hace un par de años desempolvar aquel proyecto. Desde entonces no se ha vuelto a hablar del tema y en Kazajistán no han recibido noticias del maná siberiano.

El Aral es hoy un mar de lágrimas para la población que sobrevive en las zonas circundantes a la cuenca, no sólo debido a la salinidad, sino a los problemas de salud derivados de la contaminación (causada por la dispersión de abonos y pesticidas), y a la mala calidad de la escasa agua potable. Para solventar esto último, el Gobierno kazajo cava pozos en la zona para proveer de agua subterránea potable a la población, pues las aguas del Sir-Daria son muy sucias.

«Este año el presidente Nazarbáyev abrió el grifo del agua limpia», afirma Issá con un tono que denota su devoción hacia el líder del Estado. Una devoción masiva conformada en las elecciones del pasado domingo, que otorgaron al veterano jerarca ex comunista el 91% de los votos y prolongarán su mandato hasta 2012. Para entonces, a la parte sur del Aral le quedarán sólo siete años de agonía, según vaticinan los últimos estudios.

4 comentarios

metro -

se puede areglar?
:) :(

metro -

cuanto daño se hizo :(

José Llorente -

Cuando el daño ya esta hecho, lo único que se puede hacer en estos casos es esperar las consecuencias, ya que dudo que haya una solución viable para recuperar este mar. Cuando los políticos proponen una solución a un problema ecológico, suelen obviar, o no quieren reconocer el daño que pueden crear en otro ecosistema, por lo que la solución a un problema generaría otro daño igual o de mayor calado, convirtiédolo en un circulo vicioso de dificil solución. Deberían tomarse medidas urgentes para la prevención de estos daños, y responsabilizarse de que aunque el daño no pueda ser visible hasta dentro de un tiempo, muy probable cuando ya no sean ellos los responsable políticos, sus hijos tengan que pagar las consecuencias de los desastres ocasionados por sus progenitores. La toma de conciencia suele ser más efectiva en aquellos en los que su egoismo no les deja ver más allá de lo que quieren más próximo, amenazándoles con el sufrimiento que fueran a paceder sus descendientes.

Juan Manuel Campuzano Gómez -

Este foro es interesante, porque siempre, uno humildemente, puede opinar de la insolidaridad, reinante en este mundo y hace que esta situación del Mar de Aral,sea otro problema, el agua que se vá. Y yo en mi Cantabria del alma veo a través de los ríos los litros, que se pierden en el Cantabrico, ó que se van a veces con la indiferencia de lo que abunda, no solo no hay agua en el Aral sino en muchos sitios de nuestro amado planeta, pero lo del Aral es quitar la vida a los habitantes de aquellas tierras, que podían comer peces y ahora no se si comerán, pero igual pasan hasta frío con el algodón que brota merced a las aguas, que les quita al mar.