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El cambio climático ha acelerado las crisis alérgicas, según la OMS, y advierte de que las olas de calor serán cada vez más frecuentes

El cambio climático ha acelerado las crisis alérgicas, según la OMS, y advierte de que las olas de calor serán cada vez más frecuentes

Diario de León, 11-11-2005

Vítor E. Rodríguez

Enfermedades como la malaria, la diarrea o la malnutrición causan más de seis millones de muertes cada año en los países en vías de desarrollo, según datos recogidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La gravedad de la situación está en relación directa con la incidencia de fenómenos meteorológicos como las sequías, las inundaciones o los procesos de desertización.

María Neira, directora del pro-grama de Salud y Medio Ambiente de la OMS, señala que para los países en vías de desarrollo «tener que asumir otro reto como el cambio climático es inaceptable». Y añade: «Por desgracia, el cambio climático no es un hecho que podamos negar y se hace necesario saber adaptarse a él».

También en Europa

Europa no es una excepción a los efectos del calentamiento global, ni tampoco, según el estudio que la OMS presentó ayer en en la Conferencia de Montreal sobre el Cambio Climático, puede pasar por alto la necesidad de adaptarse.

Los datos recogidos por el organismo señalan que unas 35.000 personas fallecieron en el verano del 2003 a causa de los efectos de la ola de calor que sacudió Europa. Muchas de estas muertes podrían haber sido evitadas si hubieran existido planes genéricos de preparación y respuesta, como los adoptados por varios países tras la crisis.

Se estima que de no existir un plan de emergencias, el coste de las olas de calor podría alcanzar, sólo en la ciudad de Roma, los 281 millones de euros en el 2020.

Fenómenos extremos

El incremento de las tempera-turas medias que sufre Europa, la variación en la frecuencia e intensidad de las precipitaciones o el aumento de fenómenos naturales extremos, como las citadas olas de calor, sequías y trombas de agua, remodelarán por completo las condiciones de vida en el continente.

Durante el período comprendido entre los años 1995-2004, Europa sufrió más de 30 inundaciones calificadas como graves, con el resultado de más de mil muertos y dos millones y medio de personas afectadas, sin contar los elevados daños materiales que ellas causaron. Además de estas cifras llamativas, el calentamiento del planeta tiene otros efectos sobre nuestra salud mucho más difíciles de ver, aunque no por ello menos importantes y devastadores.

En los últimos 30 años, el riesgo de crisis alérgicas y respiratorias se ha visto incrementado debido a que el período de presencia de polen en el ambiente se ha extendido una media de diez días. Del mismo modo, cada incremento de un grado en la temperatura ambiente supone que el riesgo de contraer salmonelosis aumente entre un 5 y un 10%. Con estos datos, no es difícil calcular el impacto que la falta de prevención puede tener sobre un sistema sanitario en constante crisis.

Algunas medidas

Para evitarlo, la Organización Mundial de la Salud señala en su informe la necesidad de que los sistemas de salud europeos incorporen a sus equipos a investigadores climáticos y planificadores urbanos, con el fin de preparar las comunidades ante los graves riesgos que puede causar el cambio climático.

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